miércoles, 19 de octubre de 2011

Ibilbidearekin jarraituz...

Berriro hemen!
Bi aste eta gero, gure ibilbidearekin jarraitu beharko dugu.Hainbeste denbora pasatu denez, joandako asteetan egindakoa bergogoratu behar izan dugu. Horrez gain,  talde handian, guztion parte hartzearekin, blog-aren inguruan genituen zalantza guztiak argitu ditugu, eta portfolioa eta blog-a gauza bera delaren berria poztasunez hartu dugu.
Gainera, gauza berriak egiten ikasi dugu, inoren laguntzarik gabe, aurrerapauso handia izan da hori!!!
Orrialde berriak egiten ikasi dugu, eta hauen izenburua aldatzen ere bai. Ikasitakoa, klasekideei azaldu eta erakusteko, klasearen aurrekaldera joaten ausartu gara eta eurek izan dituzten zalantzak ere argitu dizkiegula uste dugu, ia egia den.

Gaur egindako honek, argi utzi digu, nahiz eta hasieran pentsatu guk bakarrik ezingo genuela blog-a asko kontrolatu, erratuta geundela, eta hobetzen goazela, eta honek ipuintxo bat ekarri digu gogora.

LOS NIÑOS ESTABAN SOLOS (JORGE BUCAY)

Su madre se había marchado por la mañana temprano y los habia dejado al cuidado de Marina, una joven de dieciocho años a la que a veces contrataba por unas horas para hacerse cargo de ellos a cambio de unos pocos pesos.

Desde que el padre había muerto, los tiempos eran demasiado duros como para arriesgar el trabajo faltando cada vez que la abuela se enfermaba o se ausentaba de la ciudad.

Cuando el novio de la jovencita llamó para invitarla a un paseo en su coche nuevo, Marina no dudo demasiado. Después de todo los niños estaban durmiendo como cada tarde y no se despertarían hasta las cinco. Apenas escuchó la bocina cogió su bolso y descolgó el telefono. Tomo la precaución de cerrar la puerta del cuarto y se guardó la llave en el bolsillo. Ella no quería arriesgarse a que Pancho se despertara y bajara las escaleras para buscarla, porque despues de todo tenía solo seis años y en un descuido podía tropezar y lastimarse. Ademas, pensó, si eso sucediera, ¿como le expicaría a su madre que el niño no la había encontrado?

Quizás fue un cortocircuito en el televisor encendido o alguna de las luces de la sala, o tal vez una chispa en el hogar de leña; el caso es que cuando las cortinas empezaron a arder el fuego rapidamente alcanzó la escalera de madera que conducía a los dormitorios.La tos del bebe debido al humo que se filtraba por debajo de la puerta lo despertó. Sin pensar, Pancho salto de la cama y forcejeo con el picaporte para abrir la puerta pero no pudo.

De todos modos, si lo hubiera conseguido, el y su hermanito de meses hubieran sido devorados por las llamas en pocos minutos. Pancho gritó llamando a Marina, pero nadie contesto su llamada de auxilio. Asi que corrió al telefono que habia en el cuarto (el sabia como marcar el numero de su mama) pero no habia linea.

Pancho se dio cuenta que debía sacar a su hermanito de allí. Intento abrir la ventana que daba a la cornisa, pero era imposible para sus pequeñas manos destrabar el seguro y aunque lo hubiera conseguido aun debía soltar la malla de alambre que sus padres habian instalado como protección.
Cuando los bomberos terminaron de apagar el incendio, el tema de conversación de todos era el mismo:

"¿Como pudo ese niño tan pequeño romper el vidrio y luego el enrejado con el perchero?
¿Como pudo cargar al bebé en la mochila?
¿Como pudo caminar por la cornisa con semejante peso y bajar por el árbol?
¿Como pudo salvar su vida y la de su hermano?"
El viejo jefe de bomberos, hombre sabio y respetado les dio la respuesta:

-Panchito estaba sólo... No tenía a nadie que le dijera que no iba a poder.

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